Iniciación a la Danza
A partir de los tres años, las clases de Iniciación a la Danza, de una hora semanal, suponen un primer contacto para los niños con el apasionante mundo de la danza, la música, y una toma de contacto con su propio cuerpo y el uso del espacio. Usando técnicas simples de ballet, improvisación y juegos adaptados, aprenden divirtiéndose.
El comienzo a esta edad temprana facilita asimilar con mayor soltura los movimientos y técnicas de la Danza.
Los beneficios de la Danza en los niños son múltiples, tanto para la salud física, como para el enriquecimiento espiritual:
-
Desarrolla el sentido del ritmo.
-
Mejora la memoria y la creatividad, desarrollando también la expresividad. Los niños aprenden a relacionarse y a contar historias con el movimiento de su cuerpo.
-
Contribuye a corregir la postura, favoreciendo el desarrollo muscular y la adopción de una adecuada posición de la columna (puede ayudar a corregir problemas como el “pie plano”).
-
Estimula la circulación sanguínea y el sistema respiratorio.
-
Potencia la elasticidad, ejercita la coordinación, la agilidad de movimientos y el equilibrio.
-
Ayuda a la psicomotricidad, favoreciendo que los niños tomen conciencia de su propio cuerpo, tanto parado como en movimiento.
-
Como actividad artística, ayuda a los niños a aprender a superarse, a vencer la timidez y a mejorar sus relaciones con los demás.
-
Favorece y potencia la autoestima positiva; ayuda a los niños a conocerse a sí mismos y a expresar sus sentimientos, así como a conocer a sus compañeros sin necesidad de hablar.